La semana pasada publiqué una publicación sobre un experimento de neuroimagen que estudiaba la actividad cerebral asociada con la percepción extrasensorial (ESP). Debo admitir que soy parcial en este tema y tiendo a ser bastante desdeñoso con la creencia en lo paranormal. Estoy seguro de que esto tuvo algo que ver con mi decisión de publicar sobre ese estudio en particular, y apuesto a que se pudo detectar un indicio de regodeo en mi revisión de un experimento que desacreditó la existencia de ESP. Entonces, cuando me encontré con este estudio hoy, me sentí obligado a discutirlo, en un intento por brindar el mismo tiempo.
Investigadores que trabajan conjuntamente en el Imperial College London (ICL) y el Instituto Nacional de Salud (NIH) en los EE. UU. han estado estudiando cómo la recombinación homólogaocurre entre dos hebras de ADN. La recombinación homóloga ocurre cuando dos hebras de ADN que son complementarias se unen, se separan, intercambian información genética y luego se vuelven a cerrar. Se ve comúnmente en la meiosis (división celular para formar células sexuales), donde a menudo se lo denomina “entrecruzamiento”. La recombinación homóloga contribuye a la diversidad genética y, por lo tanto, es parte integral de la evolución. También es utilizado por el cuerpo para reparar secciones dañadas de ADN.
Para que dos hebras de ADN se unan y se recombinen, una hebra primero debe poder identificar otra que tenga pares de bases complementarios.(por ejemplo, AT, CG). En el pasado, los científicos pensaban que este proceso lo facilitaban las proteínas u otras moléculas orgánicas. Pero los grupos de ICL y NIH descubrieron que las hebras largas de ADN parecen ser capaces de reconocerse entre sí sin ningún contacto directo o asistencia de otras moléculas. Los investigadores sugieren que el reconocimiento se debe a patrones de cargas eléctricas entre las dos moléculas, pero se debe trabajar más para comprender completamente esa interacción. Los hallazgos podrían ser importantes, ya que comprender este mecanismo puede arrojar luz sobre cómo detener los errores en la recombinación que conducen a enfermedades como el cáncer o el Alzheimer.
Pero la razón por la que yuxtapongo este estudio con la publicación de neuroimágenes de la semana pasada es que estas hebras de ADN parecen comportarse de una manera “telepática”. Su método de comunicación sin contacto probablemente habría sido descartado hace diez años como improbable o imposible. Y parece un sutil cambio de paradigma (tenga en cuenta la palabra sutil ya que no estoy promoviendo una filosofía kuhniana aquí) como este ocurre con mayor frecuencia en la ciencia a medida que nuestra tecnología se vuelve más impresionante. Algo que ignoramos, de repente podemos explicarlo, y luego no solo se acepta como cierto, sino como si nunca hubiera podido ser de otra manera. Así que… tal vez no debería ser tan desdeñoso con lo paranormal. Tal vez no sea muy científico.
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