Es una pena que Benjamin Libet no viviera un año más. Si lo hubiera hecho, habría podido ver la primera evidencia de neuroimágenes para respaldar lo que encontró con un electroencefalograma (EEG) hace casi treinta años: lo que consideramos nuestras decisiones conscientes está precedido por actividad neuronal inconsciente, que parece ser el verdadero… como diría el presidente Bush, decisivo.
Libet realizó su experimento más influyente relacionado con la actividad neuronal y la toma de decisiones consciente en la Universidad de California, San Francisco, en 1979. Mientras medía su actividad cerebral con EEG, les pidió a los participantes que realizaran una tarea motora simple (como presionar un botón ) por su propia voluntad durante un período de tiempo. Cuántas veces y cuándo completaron la tarea dependía del participante, pero Libet les pidió que anotaran exactamente cuándo sintieron que habían tomado la decisión consciente de hacer el movimiento. Descubrió que había una actividad neuronal estereotipada significativa que precedía a la toma de decisiones consciente, lo que indica que puede haber procesos inconscientes en funcionamiento al elegir ejecutar una tarea motora.
El estudio de Libet desató una gran polémica, ya que algunos lo vieron como una denuncia del libre albedrío.. Y con razón, como sugirió el propio Libet, la única evidencia en apoyo del libre albedrío es nuestra propia afirmación de que existe. Sus experimentos parecían mostrar actividad cerebral inconsciente que precedía a la elección consciente, lo que hacía cuestionable todo el concepto de “elección consciente”.
Un estudio publicado en Nature Neuroscience esta semana agrega más munición al cinturón del materialista . Un grupo de investigadores en Alemania realizó un estudio muy similar al de Libet, pero utilizó resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad cerebral en lugar de EEG. Analizaron las imágenes con un software informático desarrollado para reconocer patrones específicos de actividad neuronal, en este caso los que anticipaban las decisiones de los participantes de pulsar el botón.
El grupo no solo encontró actividad neuronal que precedió a la elección consciente, sino que al usar los programas de computadora pudieron predecir qué elección haría el participante, hasta 7 segundos antes de que “decidieran” que lo habían hecho. Las predicciones no eran perfectas, pero mucho mejores que la casualidad.
Los investigadores afirman que este estudio no excluye la existencia del libre albedrío. Incluso Libet sostenía que la conciencia desempeñaba un papel en la toma de decisiones, no en la iniciación de un acto, sino en la capacidad de reprimirlo. Los autores de este estudio están de acuerdo, indicando que la capacidad de revertir una decisión tomada por el cerebro inconsciente, algo que planean investigar en el futuro, apoyaría un tipo de libre albedrío.
Libet murió en julio del año pasado, desafortunadamente menos de un año antes de que la tecnología actual de escaneo cerebral se pusiera al día con sus teorías de fines de la década de 1970.
Leave a Reply